“Aún pienso que los zombies son ficticios… pero ya no estoy tan seguro”
Dr. Steven C. Schlozman (Universidad de Harvard)
En el año 2010, “tras varios infortunios, el Dr. Robert Sapolsky logra adaptar un virus del herpes que llevará el avance de la ingeniería genética neuroprotectora a las profundidades del cerebro, para neutralizar las hormonas perjudiciales antes de que puedan causar daños“, cita el DailyMail promocionando una inminente vacuna contra el estrés. Aunque al inicio la vacuna fue concebida para luchar contra la mesotelioma – una forma de cáncer poco común-.
De hecho, ya existen denuncias sobre estos fármacos basados en una modificación genética del virus del Herpes, alegando que inducirían a una lobotomía química a quienes los ingirieran. Los virus estarían programados para devorar ciertas áreas del cerebro, mejorando así la calidad de vida de las personas, “naciendo a la gente más dócil, menos agresiva, y disminuyendo la posibilidad de que sufra estrés“.
El siguiente paso a los alimentos transgénicos son los que, además, incluyen medicamentos en su constitución. “Según un estudio japonés, el Litio en el agua podría reducir la tendencia suicida“, titula la BBC. Otra noticia apunta que el flúor puede ser al clave para el desarrollo cognitivo de la humanidad. Es posible que ya se esté adulterando con químicos el agua que bebemos sin nuestro conocimiento. El New York Times resume que este control sobre la población ya ha comenzado: “Hay medicamentos en el agua potable“.
Un año antes, el Dr. Steven C. Schlozman, profesor de la Universidad de Harvard, publicó un artículo médico en el que analizaba “cómo debería funcionar el cerebro y la biología de un zombie“. Se trata de un análisis de ingeniería inversa en el cual el científico explica de qué forma un virus, bacteria, material radiactivo, etc., tendría que afectar a nuestros cerebro de manera que todos comenzáramos a mostrar los característicos síntomas del estado zombie, que él denomina Síndrome atáxico neurodegenerativo de deficiencia de la saciedad -o ANSD por su siglas en inglés-.
Pero, ¿cómo tendría que mutar el cerebro para poner a un humano en estado zombie? (según el Dr. Schlozman)
1. El lóbulo frontal
Es la parte del cerebro que nos permite razonar y resolver problemas de manera abstracta. El lóbulo frontal se encarga de controlar la impulsividad. Según el Dr. Schlozman, los zombies obviamente utilizan escasamente el lóbulo frontal: no pueden abrir puertas o ventanas, no pueden pasar por obstáculos complicados, no pueden resolver problemas y obviamente sus acciones están gobernadas por impulsos asesinos. El lóbulo frontal de un zombie sólo recibiría órdenes del tálamo, que es el conductor de los estímulos sensoriales al cerebro.
2. La amígdala cerebral y el córtex cingulado anterior
Un zombie es gobernado por impulsos, necesidades y emociones básicas -como la rabia o el hambre-, los cuales residen en los rincones más primitivos del cerebro, como la amígdala cerebral. El cerebro de un cocodrilo, por ejemplo, es controlado principalmente por la amígdala cerebral. El balance es mantenido por el córtex cingulado anterior, la cual regula la comunicación entre la amígdala y el lóbulo frontal; es decir, en caso de que la amígdala genere miedo, rabia o lujuria, la corteza cingulada entra en acción y permite que el lóbulo frontal tenga tiempo de pensar antes de actuar. Los zombies tendrían una córtex cingulado defectuoso debido a un daño en el lóbulo frontal, por lo tanto no tendrían forma de controlar sus sentimientos.
3. El cerebelo y los ganglios basales
Los zombies sufrirían también daños en el cerebelo y ganglios basales, las partes del cerebro que hacen posible que el cuerpo tenga movilidad fluida y coordinación. Es por eso que los zombies caminan tambaleándose, arrastrando sus miembros y con cierto temblor.
Según el doctor, los infectados de la película “28 Days Later” no son zombies ya que poseen cierto tipo de actividad alta en la zona de la corteza que les permite cazar humanos. Adicionalmente los infectados también exhiben capacidad motriz avanzada e incluso pueden correr, escalar y saltar de manera sobre-humana.
4. Neuronas espejo
La teoría de las neuronas espejo señala que éstas se activan cuando un animal o una persona desarrollan la misma actividad que observa en otro individuo. El doctor describe la teoría como un modelo neurobiológico de la empatía, el cual sugiere que de alguna forma u otra estamos todos conectados. Los cerebros de los zombies son incapaces de conectarse, esta incapacidad es de carácter biológica. No parecen enojados, no parecen excitados, no parecen asustados. Sólo parecen zombies y esto es lo que más asusta sobre ellos.
5. El hipotálamo ventromedial
Según el doctor, los zombies sufren de hiperfagia: una condición que provoca la sensación de tener siempre hambre. Esto es debido a que su hipotálamo ventromedial, uno de los núcleos del hipotálamo, se encuentra dañado.
Fuente: bolsonweb.com.ar
Si el Síndrome atáxico neurodegenerativo de deficiencia de la saciedad (ANSD) existe y puede ser causado por el virus del Herpes modificado, eso significa que el índice de contagio es alto, y que nuestras peores pesadillas se conviertirían en realidad, así que:
¡CORRE Y NO DEJES QUE TE MUERDAN!
Yo por si acaso, ya tengo en mi poder La Guía de Supervivencia Zombie.
Nunca se sabe.
FUENTE: http://violentus.wordpress.com/2011/08/10/el-apocalipsis-zombie-se-acerca/
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